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Comenzo el Pepsi Music 2009

11111111111111111111111 Así definió la banda a su propio vocalista a poco de iniciarse el energético y contundente show que los suecos brindaron en el ex Estadio de Obras. Verborrágico y sumamente divertido el líder exageró aunque por lo que transpiraron las camisas negras, como el Diego dejaron todo en la que supo ser una cancha de básquet.

Negro sobre blanco. A ponerlo llegó The Hives a la Argentina con ciertos pergaminos que revalidaron en público. Es que los suecos, originarios de un pueblito llamado Fagersta, son conocidos en el mundillo roquero por sus enérgicas presentaciones en vivo y por sus vestuarios en esos colores primarios.

Elegantes por donde se los mire, la banda de garage rock liderada por "Howlin'" Pelle Almqvist , un treintañero sumamente divertido y arrogante, hace gala de una figura envidiable montado en su particular registro vocal que va de la gola alla Nick Cave con dejos de Joey Ramone. Y un manejo de escenario con remedos de caderas a lo Mick Jagger.

Quienes lo secundan cumplen los roles con una contundencia que asombra y entregan en un show por demás breve (una hora y cuarto) los hits que los hicieron conocidos y que los trajo a abrir el festival de la gaseosa.

Entonces con la banda en el escenario, Obras se sacude al ritmo de la endemoniada guitarra de Nicholaus Arson quien como el vocalista derrocha la energía que distingue al rock garagero que trasunta el espíritu primigenio punk con elegancia vestuario y un sonido suciamente logrado.

Como decíamos es el vocalista quien lleva las riendas cómicas en la agrupación. Locuaz y por demás verborràgico, mezclando inglès con un logrado español seduce a “ladies and gentleman”, los arenga y provoca y genera un ida vuelta donde el rock y la diversión van de la mano. Exagera quizá cuando en plan de autopresentación regala el título de la nota. Es que Maradona hay uno solo y si hubiera que traspolarlo al rock no son pocos quienes compitan por ese cetro. Pero bien vale la arrogancia y como el Diego dejan todo en la cancha porque hay que recordarlo, ese escenario fue cancha de básquet en los gloriosos años de Obras Sanitarias.

Dr Matt Destruction en el bajo, Vigilante Carlstorem en guitarra – pareciera sacado de una kermés de Minessota – y Chris Dangerous des de una pequeña pero enorme baterìa (un solo redoblante) sostienen la potencia y la prepotencia de una banda a la que la Spin Magazine definió como “La mejor banda en vivo del mundo”. Cómo para no creerse Diego y Dios entonces.

Así desgranan los temas que irradian las radios y aquellos que no pero sí están en el repertorio. Y aunque despuntan con temas de “The Black and White Album” y esos hitazos como Tick Tick Boom, You Got It All... Wrong, T.H.E.H.I.V.E.S. y Giddy Up! La banda tambien repasa de Thiranosaurus Hives y Your new favourite band.

Tras un breve intervalo los suecos bien plantados, vuelven a la escenario para desgranar ese sonido tan punk, como garagero y la presentación de la banda por parte del líder marca un protocolo que no es tal: Es que "Howlin'" Pelle Almqvist se sacude, seduce, grita, tira besos y no para de hablar, de adular a Buenos Aires y a la gente que dice lleva en el corazon que se golpea y sacude la camisa “porque hacer calor en el escenario” en perfecto castellano. Mezcla de Jim Carrey y Pusineri , Holle deja el alma en el escenario, piel de frontman que desolla tema a tema.

“Es nuestra primera vez en Buenos, definitivamente no será la última”, promete y hace y hacen la V de la Victoria.

¿The Hives es peronista? Quién lo sabe. Se pusieron al frente para la victoria en el puntapié del Pepsi Music y eso es indudable. No serán el Diego, pero el show, el show fue un golazo.
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