
La publicación asegura que “quienes la conocen de cerca que, luego de su fugaz romance con Gastón Gaudio (31), a Juanita Viale (25) se la notaba deprimida y descreída del amor.
Según sus allegados, la nieta de Mirtha Legrand sentía que le costaba volver a conseguir una relación como la que mantuvo durante casi cuatro años con Gonzalo Valenzuela (31), con quien, a comienzos de 2008, tuvo a Silvestre (1 año y 10 meses)”.
Al tiempo que Caras agrega: “Fue entonces cuando, té de por medio con su abuela en el departamento de Barrio Parque que ésta le regaló, la diva de los almuerzos le habría aconsejado intentar la reconciliación con el actor chileno, quien siempre fue muy bien visto tanto por “Chiqui” como por el resto del clan Tinayre. A partir de esa charla íntima se habría empezado a gestar lo que hoy, aunque durante el fin de semana no se mostraron juntos y ninguno de los dos haya dicho todavía nada al respecto, es un secreto a voces: la reconciliación de la pareja”.
Y si la Chiqui medió para que los tortolitos recompongan el seno familiar, como no podía ser de otra manera, fue la portavoz de la reconciliación.
Anoche, en el marco del desfile de Jorge Ibáñez, Legrand confirmó que su nieta y el actor trasandino se reconciliaron. De entrada, Mirtha dijo que se enteró por las revistas, aunque después aseguro que lo expuesto en Caras era cierto.
“La confirmación se produjo el último jueves, cuando, según testigos, llegaron juntos al cumpleaños del presidente del Comité Olímpico Argentino, Gerardo Werthein, y visitaron el bar “Isabel”, el nuevo emprendimiento del empresario trasandino y amigo personal de Valenzuela, Juan Santa Cruz. Sin embargo, los días siguientes ambos se mostraron reticentes a aparecer juntos en público y, aunque tanto a uno como al otro se los vio entrar y salir en repetidas ocasiones del domicilio de ella, en Ocampo y Martín Coronado, siempre lo hicieron por separado. El sábado 5, pese al mal clima reinante, Juanita fue la primera en asomar a la calle.
Minutos después del mediodía, apareció hablando por celular y regresó casi dos horas más tarde, para volver a salir un rato después, pero esta vez acompañada por su hija Ambar (6). Eran casi las tres y media de la tarde cuando “Manguera” vio la luz del día, apenas cinco minutos después que ella. Con una llamativa campera fluorescente, uno de los protagonistas de “Botineras” subió al auto de Sebastián Ortega, productor de la tira, y juntos fueron a almorzar a “Guido´s bar”, restó ubicado sobre la calle República de la India al 2400. Ya cerca del atardecer, la actriz volvió a subir a su Fiat Punto y regresó con las primeras sombras de la noche”, remata el semanario.
Y asevera: “El domingo 6 se repitió casi la misma rutina. Después del mediodía la pareja partió en el auto de ella, aunque subieron al mismo con diferencia de algunos minutos y con Gonzalo llevando en brazos a su hijo. “Se los ve muy bien nuevamente juntos, sonrientes y pendientes de su pequeño hijo, Silvestre”, comentan en su entorno más íntimo.
Por la tarde, ella recibió la visita de unas amigas, y él salió con un amigo. Tanto el sábado como el domingo, la camioneta de Valenzuela permaneció estacionada frente a la entrada del edificio, detalle que podría ser un símbolo de que las cosas en la pareja están volviendo a ser como antes. Años atrás, cuando la ficción de “Doble Vida” los juntó actoralmente y marcó para ellos el comienzo de su historia de amor.
Ese amor que supo de grandes alegrías, como cuando recibieron la noticia de que serían padres de un varón, y también de sinsabores como el largo tiempo que debieron pasar internados por los problemas de salud de Silvestre. Sin embargo, esa unión que forjaron desde la adversidad es la que seguramente los llevó a darse una segunda oportunidad como pareja. Y que, con el guiño cómplice del clan Tinayre, que aprecia sobremanera la condición de gran padre de él, los encuentra una vez más disfrutando de la hermosa familia que supieron construir”. 22222222222222222222222222