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Zulma Lobato volvió a Crónica "Tenía todo y estoy en la ruina"

11111111111111111111111 Apagada, con la energía baja y sus ojos en lágrimas, Zulma Lobato volvió a Crónica TV con una misión: pedirle perdón a su mentora, Anabela Ascar, la persona que la sacó de la calle y la puso en el ambiente mediático.

“Dije cosas que no tendría que haber dicho, estaba mal, estaba sacada. Perdoname si estoy emocionada, pero pensé que ya no te iba a ver nunca más”, reconoció Zulma, a punto de quebrarse y agregó: “Lo tuve todo, y ahora estoy en la ruina total”.

En ese momento, Ascar le preguntó qué era lo que había ocurrido hace varios meses, cuando sin más la travesti salió a atacarla e incluso habló de su vida privada.

“Puede ser que me hayan llenado la cabeza, pero esa gente que no está más conmigo, pasó a un segundo plano”, explicó la travesti, que fue acompañada por su perrito caniche, al que llamó Camilo García, en honor al cronista de Los Profesionales, de quien se dice ferviente admiradora.

Fue en ese momento que Anabela Ascar tomó la posta, le dijo que la perdonaba y se sinceró: “Yo quiero verte feliz, me costó armare y tiraste todo abajo en cinco minutos”. Ambas se fundieron en un abrazo, bajo el cuál quedó el desdichado Camilo, que pegó un ladrido por el apretujón.

Aunque Zulma no dijo a quién se refería cuando hablaba de gente que le habría “llenado la cabeza” para pelearse con la rubia conductora de Crónica, todos los dedos acusatorios estarían en dirección de las dos personas que produjeron su fallida obra en Mar del Plata.

En ese sentido, la travesti reveló que la situación que vivió en “La Feliz”, la dejó mal: “Me cuesta mucho reponerme de esto, vengo de una depresión muy fuerte, me cuesta arrancar de cero de vuelta. No sé cuándo voy a volver a la normalidad como antes, cuando era feliz”.

“Estoy en un pozo depresivo, medicada, quiero estar tranquila pero necesito trabajo, ojalá pueda dentro de poco superar el dolor”, agregó Lobato, ante la mirada comprensiva de su mentora, quien no dudó en recibirla entre sus brazos y la perdonó. 22222222222222222222222222