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Juan Manuel le presento a sus padres a Paula Morales

11111111111111111111111 Juan Manuel Guilera conoció a Paula Morales en las grabaciones de Niní. Y enseguida, reconoce, sintió “electricidad” en el cuerpo.

Dice que la diferencia de edad -ella tiene 27, y él 24- no le interesa. Y que le encanta jugar con Benicio, el hijo de la actriz, de quien se considera “un amigo grandote”

Con su papel de Martín Parker en Niní, Juan Manuel Guilera (24) enamoró a las nenas que seguían la novela infantil y al mismo tiempo logró que en el medio artístico se comenzara a reconocer su nombre. Antes trabajó en Rebelde Way, El refugio y Patito feo, pero recién con la ficción que encabezó Florencia Bertotti sintió que estaba disfrutando realmente de la profesión. “Quizá porque estoy más grande, y ahora rescato aún más la parte humana”, reflexiona Juanma, tal como lo llaman sus conocidos.

Y agrega: “Siento que Niní le dio un salto tremendo a mi carrera, le otorgó mucha popularidad”. La novela terminó, pero siguen con las giras teatrales: el sábado 15 estarán en Rosario, y después se vienen varias fechas por Latinoamérica. Seductor, el galancito no sólo enamoró a sus fans sino que también consiguió que Paula Morales, su compañera de trabajo en Niní e hija de Víctor Hugo, se fi jara en él. Por primera vez, Guilera toca el tema y cuenta cómo se pudo pasar de la amistad al amor.


-¿Cómo estás con Paula?
-Muy bien, muy enamorados. Es como mi compañera especial. Todo lo que hago me encanta compartirlo con ella. Soy feliz al lado de Pauli, y siento que ella es feliz al lado mío. Además, es todo tan simple...


-¿A qué te referís?
-A que vivimos esta relación con naturalidad. Por ejemplo, no festejamos las fechas. Si queremos regalarnos algo, lo hacemos sin pensar en que es un cumplemés o algo así. Lo fuerte de la relación es que no está muy ligada a la cabeza o las ideas sino al vínculo emocional. Fue lo que nos pasó: primero existió un vínculo y luego se transformó en amor. A través de lo laboral, nos empezamos a conocer y pegamos buena onda, pero al principio no sabés bien qué va a pasar.


-¿Amor a primera vista?
-Desde el vamos me pareció hermosa. ¡Y me sigue pareciendo! Más allá de eso, yo no tenía fantasías, ni imaginaba que se iba a dar algo. De pronto, pasó. Y fui feliz.


-¿Cuándo te diste cuenta de que estabas hasta las manos con ella?
-El primer día que fui a grabar Niní y la vi, sentí algo especial, electricidad. Pero ni soñando me imaginaba que entre nosotros se podía dar algo, ¡todo lo contrario! Pero sí sabía que yo quería que pasara algo.


-¿Y empezaste a armar una telaraña?
-¿Qué telaraña? Fue todo muy directo, ¡le tiraba flechazos! La atacaba todo el tiempo, pero ella no respondía. Yo no la conocía tanto en la intimidad, y después me enteré de que ella estaba terminando su relación anterior. Pero de esto no quiero hablar, porque no me corresponde.


-¿Cómo siguió la historia?

-Después, mucho más adelante, yo tiraba chistes y veía que ella se reía muy espontáneamente, y se sonrojaba. “Mmm, acá voy teniendo un poquito de feedback”, pensaba yo. Y me mandé de una. “Si choco contra la pared, mala suerte, y sino, genial”. Avancé yo, como tiene que ser siempre, y tuve suerte.


-¿Qué te atrapó de Paula?
-Su simpleza. Es una mujer auténtica, sencilla y poco complicada. Además, es hermosa. Eso fue lo primero que me entró por los ojos.


-Tenés 24 años y ella, 27. ¿Influye?
-Indefectiblemente influye, pero para bien. La otra persona vivió más cosas, tiene más experiencia y otra cabeza. Yo no soy el mismo que hace tres años, y ella tampoco. Una diferencia hay, pero no se nota porque estamos en la misma. Nos gusta mucho hablar de los mismos temas y compartir las mismas cosas. Lo importante es el vínculo, no la edad.


-¿El mejor plan de pareja?

-Nos gusta salir: puede ser estar al aire libre, en un parque, o bien ir al cine o al teatro.


-¿Lo conocés a Benicio (3), el hijo de Paula?
-Sí. Es divino. Nos llevamos increíble. El me dice siempre “gordo pelado”, y yo le digo “gordo peludo”, porque él tiene más pelo. Benicio es una luz, un niño lleno de alegría.


-¿Repercute que tu novia tenga un hijo?
-Sí, es un flash muy fuerte. Pero nunca fue un impedimento para desarrollar la relación. De todos modos, hay ciertas cosas que hay que tener en cuenta. Nuestra relación trae aparejada otra, que hay que respetar: la de Paula con su hijo, que es simbiótica porque se necesitan mutuamente. Hay veces que me tengo que quedar mirando la tele mientras Pau hace dormir al nene, por ejemplo.


-¿Te trae responsabilidades el cuidado del niño?
-De eso se ocupa Pau. Yo juego con Benicio un montón, miramos películas juntos y todo, pero más desde un lugar de amigo grandote. Jugamos a las peleas, le tiramos agua fría a la gata, nos divertimos. Yo hago todas las cagadas, y Paula lo demás. Jamás me voy a poner en el lugar de retarlo porque es como un amiguito para mí.


-¿Planean convivir?
-No, todavía es muy reciente. Proyectar tanto para mí no resulta. Estoy en paz, con una sensación de satisfacción porque el amor te llena en todo sentido, pero no miro mucho para adelante.


-¿Qué te dijeron tus amigos cuando se enteraron de que salías con Paula?

-¡Se volvieron locos! Casi todo el mundo me preguntó si ya había hablado con Víctor Hugo, pero todavía no lo conozco. Por la situación anterior de Paula, sería muy fuerte llevarme a su casa. Para la familia es un tema sensible. Tiempo al tiempo, todavía no hace falta.


-¿A tu casa la llevaste?

-Sí. Vivo en Palermo con Juan Pablo Urrego, que hacía de Tony en Niní. Nos conocimos en la novela, nos hicimos amigos y nos fuimos a vivir juntos. Nos llevamos genial porque nos vemos poco, tenemos distintos horarios. Nos respetamos mutuamente, y eso es fundamental para convivir con alguien. Volviendo a la pregunta, una vez la llevé a Pau a comer un asado con mi papá, y también a la casa de mi mamá. Se sorprendieron cuando la conocieron porque sólo la habían visto en la novela y les parecía mala y engreída, como su personaje, Celina. ¡Pero Paula es lo opuesto! Es divina, y les cayó excelente.


-Como actor de Niní, ¿te afectó la demanda de Cris Morena por plagio?
-Es cierto que es un tema que no me compete directamente, pero mentiría si negara que lo vivimos con mucha tensión. Era difícil recibir una información certera de lo que estaba pasando, porque en el estudio estábamos herméticos, pero nos generaba una duda tremenda. Capaz alguien había escuchado algo en el noticiero y nos comentaba, pero nosotros no sabíamos qué pasaba realmente. Hay que ser fuertes y poder separar la ansiedad personal del trabajo, para poder laburar con tranquilidad.


-¿Cómo imaginás tu vida post Niní?

-Quiero seguir trabajando en esto, porque me encanta y porque necesito el trabajo. Me gustaría despegarme de las novelas infantiles; no reniego, sino que me gustaría conocer y explorar otros rubros. Muero por hacer cine, y no descarto estar detrás de cámara. Estoy estudiando dirección en la escuela de Augusto Fernandes, y me encanta. Este año, elegí estudiar dirección y no actuación porque me permite entender el otro lado, qué pretende el director en tales escenas y demás. Es un buen complemento.


-¿En lo personal con qué soñás?
-Siento que estoy cumpliendo todos mis sueños: estoy enamorado y muy feliz. Tengo para dar más que para pedir. 22222222222222222222222222