
Este chico, de apenas 21 años, estaba peleando una pelota, cuando ocurrió algo imprevisto. De repente lo sacaron -literalmente- con el hombro.
Y lo mandaron -también literalmente- al vestuario antes de tiempo. Resulta que en plena jugada, mientras intentaba un desborde, un rival lo golpeó con tanta mala suerte que salió de la cancha, resbaló y se fue por las escaleras que, mal ubicadas tan cerca del césped, conducen al vestuario.
Por suerte para Guilherme sólo fue un susto, una prueba de fuego para su coxis : se levantó, emergió de esos escalones y apenas refregándose las manos golpeadas volvió a jugar./minutouno.com y solitariogeorge.com
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