
“Santi, santi”, gritó como pudo pidiendo ayuda a su camarógrafo, que comenzó a correr hacia donde estaba Frank. Los miembros del equipo lo encontraron en el piso, con una enorme boa asfixiándole el cuello.
Al parecer, aunque el conductor se define como “experto en reptiles”, se confió demasiado y la serpiente le saltó al cuello. “En tres minutos hubiera muerto”, reconoció Frank, que esta vez la sacó muy barata…
Fuente: minutouno 22222222222222222222222222