
Eso quiere decir que Castro sigue tan buen tipo comos siempre pero, a nivel profesional, subió varios escalones y los quiere hacer valer.
No está mal orientado. Sólo que habrá que ver hasta dónde cede el rubro y cómo van las negociaciones con Oreiro, que, finalmente, sería aquella monja cantora que se proyectó hace dos temporadas y quedó en el freezer. 22222222222222222222222222