
A duras penas el doctor pudo escapara de las potentes mandíbulas del hipopótamo. Gracias a la intervención de su colega, el doctor Nico de Bruin, Hofmeyr se salvó de ser aplastado por el animal.
El incidente se produjo después de que el hipopótamo fue disparado con un dardo tranquilizante. Se intentaba probar un nuevo producto químico para sedar a los animales, que evidentemente no funcionó, según informò el Daily Mail.
Después de que el hipopótamo pareciese estar sedado, y en actitud totalmente pasiva, los científicos se acercaron para hacer su trabajo. Aparentemente, habría entrado agua en la nariz del animal, lo que lo despertó y estimuló, reaccionando intempestivamente contra los doctores, que a duras penas lograron escapar en una embarcación. El animal fue muerto a tiros.

