
El tradicional posado de la pareja real junto a sus familias en el balcón del Palacio de Buckinhgam puso punto final a las celebraciones públicas por la boda del Príncipe Guillermo y Kate Middleton, quienes prevén pasar el resto de la jornada en el complejo, donde tiene lugar una recepción para un tercio de los invitados a la ceremonia religiosa y un fin de fiesta para los más allegados.
En una actitud más relajada que la que los obligaba la rigidez del acto solemne en la Abadía de Westminster, los novios se dieron el esperado beso, saludado por el paso de aviones de la Real Fuerza Aérea que cruzaron el hoy nublado cielo londinense, que sin embargo, no cumplió finalmente con las amenazas de lluvia.
Poco después del beso, Guillermo le pidió a Kate "uno más", a lo que Kate no pudo articular palabra, embargada por la emoción y volvieron a fundir sus labios. Una imagen que sin duda pasará a la historia como pasó en su momento con el beso de Lady Di y Carlos de Inglaterra en ese mismo balcón hace 30 años.







