
La muerte de su padre, el nacimiento de su primer hijo varón y los celos que comparten con Nancy fueron algunos de los temas. Dijo que Nancy le “abrió la puerta para salir a jugar” como productor y que ella lo tranquiliza al decirle “andá, está todo bien”, cuando sale de su casa y la deja con sus hijos y todo lo que una vida familia acarrea.
Echarri no eludió referirse a Natalia Oreiro, de quien dijo: “Sí lo veo desde el punto de vista del negocio, no hay dudas de que volvería a trabajar con ella. Sin embargo, sabiendo con qué tipo de bueyes aramos, me parece que sería mucho más sano evitar la gran comidilla nacional antes que hacer una novela de mucho éxito, ¿o no?”
Por último, fue contundente con sus definiciones políticas: “Estoy convencido que hoy para mí es más importante definirme como persona que ser condescendiente con todo el mundo. A mis 41 años, luego de haber vivido en carne propia los peligros de una sociedad tan disgregada, con una brecha tan grande entre ricos y pobres, no podría jamás quedarme callado ante lo que considero un momento de cambio histórico, comparable sólo al primer gobierno de Perón”. A los 41, un Echarri auténtico, imperdible como galán y como hombre. 22222222222222222222222222