
“Me costó recuperarme. Ha sido la noche más emotiva de todos los Martín Fierro, nunca había llorado tanto”, se sinceró el conductor y dijo que, para él “en un momento se quebró la noche, fue muy fuerte el homenaje de los muertos, fue un momento altamente emotivo. Ver la imagen de Romina Yan, este estudio tiene el nombre de Romina, fue un momento de mucha emoción y estar compartiendo un premio con mi maestro que es Juan Alberto Badía también. Él está saliendo de su enfermedad, pero es un momento difícil. Compartir con el maestro era muy fuerte, yo deseaba que se lo ganara él porque él me enseñó todo en esta profesión”.
Tinelli contó que también se emocionó con el homenaje a Carlitos Balá, aunque “el momento más fuerte de la noche fue cuando veo que le entregan un premio a Jaime Yankelevich, el creador de la televisión”.
“Me quedé pensando quién iba a recibir ese premio y cuando se abrió la pantalla y apareció Gustavo Yankelevich fue tremendo. Son muchas cosas que se me pasaron por la cabeza, a toda la gente. Otra vez el salón parado. Verlo a Gustavo ahí firme y había visto antes la imagen de Romina y yo estaba ahí con mis hijas... Él siempre decía que Romina era la luz de sus ojos y es difícil cuando a un papá se le apaga una parte de la luz de su vida”, comentó Tinelli, visiblemente emocionado.
“Quería compartir este premio Martín Fierro de platino con él. Las lágrimas de él son mis lágrimas. Me emocionó muchísimo verlo ahí, nos quebramos todos. Siempre voy a estar al lado de él y este programa se lo quería dedicar hoy a él. Ojalá nos podamos ver mañana porque tengo ganas de abrazarlo. Gustavo, este programa va dedicado para vos, te amo con toda mi alma y mi corazón. Sos una gran persona, muy generosa conmigo”, concluyó Tinelli, con lágrimas en los ojos.
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