
Pero en esta oportunidad nada tiene nada que ver su ex marido ni su video sexual, sino con un concierto que debería haber dado en Chipre y que decidió cancelar.
Estoy hablando de una demanda que podría rondar los 40 millones de dólares, nada más ni nada menos.
El concierto iba a realizarse en el Hotel Cratos Premium. Todo iba viento en popa, hasta que J–Lo decidió no asistir al evento, luego de la protesta y la presión de los grecochipriotas. Ellos aseguraron que la celebración a la que estaba invitada serviría para legitimar la República Turca del Norte de Chipre (RTNC); una zona bajo gobierno de facto, que sólo es reconocida como Estado por Turquía luego de su invasión a la isla.
Evidentemente, Jennifer prefirió mantenerse al margen de un conflicto político tan importante, pero se trajo un problema judicial semejante. Tal vez si se hubiera informado acerca del lugar a donde iba a actuar de antemano, podría haber evitado varios dolores de cabeza. 22222222222222222222222222